Artemisia Gentileschi (1593-1652) fue la principal seguidora del naturalismo caravaggesco del Barroco italiano. Desde niña se interesó por la pintura, le llamaban mucho la atención los cuadros de su padre. Los vínculos que más marcaron su carrera artística fueron la relación amistosa y profesional que tuvo con el pintor francés Simon Vouet y la cercanía con el grupo de pintores caravaggistas en Nápoles.
Artemisia es la primera mujer que puede considerarse propiamente como un artista por su actividad de pintora. De hecho se ganó la vida con su trabajo artístico y recibió encargos en igualdad de condiciones a los hombres. Además, su padre Orazio Gentileschi fue el máximo defensor del trabajo de su hija, lo cual contribuyó sin duda en la calidad de sus obras. Gracias a todo ello podemos considerar a Artemisa una caravaggista de las de mayor calidad y una de las mejores pintoras de la historia.
La artista luchó con determinación, usando el arma de su personalidad y de sus cualidades artísticas contra los prejuicios expresados en contra de las mujeres pintoras. Consiguió ingresar productivamente en el círculo de los pintores más respetados de su época, y abarcó una gama de géneros pictóricos que fue probablemente más amplia y variada de cuanto digan hoy las telas atribuidas a Artemisia.
Para la pintora no fue fácil alcanzar el éxito pues, por su condición de mujer, se encontró con una sería de dificultades, por ejemplo, no le permitieron ingresar en la Academia de Roma. Pero tuvo la suerte de que su padre, que también era artista, apoyaba su arte. Por ello, le buscó un tutor personal, el pintor Agostino Tassi, pero éste no la trató bien. Además, tuvo que lidiar con algunos autores que la definían como una joven que aprovechaba sus encantos para obtener el éxito en una profesión preferentemente masculina.
En cuanto a sus obras, es muy destaca principalmente la influencia de Caravaggio, lo cual se aprecia en la monumentalidad de sus figuras, el naturalismo, el uso del claroscuro y el sentido dramático de las escenas. También destacan algunos de sus autorretratos. Por otro lado, el desarrollo de sus obras se ha visto muy influencias por acontecimientos de su vida personal, principalmente por el episodio de Agostino Tassi.
Algunas de las obras más importantes de Artemisa son:
- Judit decapitando a Holofernes (1612-1613). Esta obra se encuentra en la Galería Degli Uffizi. En ella, se aprecia el realismo y la violencia tomados directamente de Caravaggio, pues es una obra con una fuerte carga dramática y teatral acentuada por su especial uso de las luces y las sombras.
- Autorretrato como alegoría de la pintura (1630). Esta obra es una de sus escenas más originales a la hora de confundir alegoría y autorretrato, coincidiendo la condición femenina con la personificación de la pintura, tomando sus atributos del libro "Iconología" de Cesare Ripa: cabello rizado desordenado, que es símbolo del furor artístico; una cadena con una máscara en el cuello, que representa la cadena de la tradición y la máscara de la fidelidad a la naturaleza; y una tela tornasolada en el vestido, la cual hace alusión al virtuosismo técnico. El material que utilizó Artemisia fue óleo sobre lienzo. Posteriormente la obra fue adquirida por Carlos I.
- Susana y los viejos (1610). Se trata de la primera obra de una artista que ha finalizado su aprendizaje y demuestra ya una calidad de pintora consagrada. El tema que Artemisia representa en esta obra es el del acoso y la agresión sexual. Lo utiliza de forma autobiográfico, pues ella fue violada por su profesor de dibujo y fue sometida a un juicio público y a una tortura para demostrar que su acusación era verdadera. Además, utiliza el desnudo que es símbolo de pureza e inocencia. La obra está realizada con óleo sobre lienzo. Actualmente se encuentra en el Museo Stiftung Pommern (Alemania).
- Minerva (1615). Esta obra representa un tema muy defendido por Artemisia, el tema de la mujer. La artista quiso plasmar la imagen de una mujer inteligente, independiente y capaz de realizar actos con repercusión en la historia y la política. El retrato que hace de la mujer es el de una princesa de facciones dulces y brazos poderosos, principalmente representaba a las mujeres de esta manera. Es este caso, la diosa aparece con sus atributos; con una lanza, cuya punta no se puede ver; el laurel en la cabeza, con el que se coronaba a los vencedores; y el escudo con la cabeza de Medusa, en el cual se puede apreciar la firma de la pintora. El material utilizado es óleo sobre lienzo. No se sabe quién es el actual propietario de dicha obra.
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